Ceballos

063 El hilo se rompió

galería virtual

063 El hilo se rompió

063
El hilo se rompió
serie «Del Hierro al Titanio»
2002
temple, óleo y collage sobre lienzo
65 x 100 cm

http://www.ceballos.ws/galeria/063.htm

 

 

Un mundo que se acaba

Frente a la violencia política, a los ciudadanos sólo les cabe optar por el sometimiento o la resistencia. Pero, bajo la teórica autoridad de un Estado, el ciudadano no tiene derecho a la resistencia o a la venganza privada. Es el Estado mismo el que debe garantizar su seguridad, el que debe defenderle contra presiones o exacciones ilegítimas. Llamar a la resistencia ciudadana contra la violencia sólo tiene sentido cuando el Estado se ha desvanecido. La enorme ambigüedad de movimientos cívicos como el Foro de Ermua reside precisamente ahí, en la defensa de la legalidad constitucional y del Estado de Derecho y en la llamada simultánea a la resistencia civil, como si ese Estado hubiera dejado ya de existir. No es de extrañar el desconcierto de los receptores de ambos mensajes, a los que se conmina a obedecer a un Estado que ya no les defiende y a rebelarse al mismo tiempo contra la violencia ilegítima de que son objeto por parte de otro sector de la población. ¿Cómo rebelarse, cómo resistir? Proclamar que la normal participación política en las instituciones, el ejercicio del derecho al voto, de la libertad de expresión y manifestación son formas de resistencia contra el terrorismo es retórica vacía. Contra la violencia, no hay otra defensa que la violencia. La del Estado o la privada. Y es contradictorio e incoherente apelar a la vez a la lealtad constitucional y a la resistencia de los ciudadanos. Yo también lo hice, y me equivoqué, porque semejantes consignas no pueden sino aumentar la confusión y la desesperanza de sus destinatarios y acelerar así la derrota.

Ante la disolución del Estado, el individuo no cuenta con otra protección que la de su comunidad, si es que tiene alguna. En el País Vasco, sólo existe, hoy por hoy, una comunidad: la abertzale. Fuera de ella, uno está a la intemperie. No hay ninguna comunidad democrática, ninguna comunidad española, ninguna comunidad no nacionalista, sino una muchedumbre de individuos aislados, votantes de un partido u otro, ciudadanos de un Estado que ha renunciado hace ya mucho tiempo a defenderlos con un mínimo de eficacia. Lo previsible es que la voluntad de resistencia que queda en algunos de ellos vaya desvaneciéndose y que la adhesión a lo que los abertzales llaman «la nueva mayoría social» aumente en la misma medida. Porque el precio por el sometimiento al nacionalismo no es muy alto, si se evalúa en costes individuales. El nacionalismo vasco no es partidario de las limpiezas étnicas. Nadie tendrá que irse con la maleta si no desea hacerlo. Asimilarse a la comunidad dominante no exigirá conversiones religiosas. Ni siquiera cambios de apellido o el aprendizaje apresurado del eusquera (eso vendrá después, si llega a darse). Estamos en Europa occidental y aquí hacemos las cosas civilizadamente. No somos kosovares ni serbios. No somos siquiera irlandeses del Ulster. Quizá haya que olvidarse de la democracia parlamentaria, pero siempre se podrá participar en la elección del alcalde. Se reescribirá la historia, eso sí; pero ¿a quién le importa la historia? La Euskal Herria soberana será un gran parque temático para estudiar, en vivo y en directo, las raíces de la civilización neolítica europea (aunque tendrá que sufrir, en este terreno, la competencia de las naciones bálticas). Los contenidos de la televisión, de la cultura subvencionada, de la enseñanza, no diferirán mucho de los actuales. Es absurdo ponerse apocalíptico. El sueño nacionalista no es una tiranía totalitaria. Si acaso, se parece vagamente a una combinación del franquismo tardío con el principado de Andorra. Algo perfectamente soportable.

Algunos, es verdad, tendremos que irnos a otra parte, pero no porque se nos expulse. Imperará aquí la norma primera de todo conformismo, la que Arzalluz me ha recordado con frecuencia en los últimos meses: si no estás contento, ancha es Castilla. Yo, lo confieso, me siento incapaz de presenciar el apasionante proceso de construcción de la etnia vasca del siglo XXI, de la Euskal Herria nacional, de la utopía abertzale. La sola idea de pasar lo que me quede de vida oyendo los discursos de Arnaldo Otegui, rellenando los cuestionarios de los inspectores lingüísticos y acudiendo a los copetines inaugurales de las exposiciones del Guggenheim-Bilbao me produce sudores fríos. Pero admito que para muchos otros puede ser un programa aceptable. En mi caso, echaría de menos la imperfección del viejo mundo, su mestizaje cultural, la babel de las lenguas distintas y reacias a toda normalización, la posibilidad de disentir y de increpar. Sé que, fuera de aquí, añoraré las sombras del hayedo de Urquiola, el dulcísimo acento del eusquera de Vizcaya y algún rincón de mi Bilbao castizo, pero eso está indisolublemente unido a un mundo que se acaba, si no se ha terminado ya sin que lo hayamos advertido. Porque quizá, temerosos de un final catastrófico, habíamos olvidado que, como escribió T. S. Eliot,

Así es como acaba el mundo,
Así es como acaba el mundo,
Así es como acaba el mundo,
No con un estallido, sino con un suspiro.

Jon Juaristi, Un mundo que se acaba
Jon JUARISTI, fragmento de su libro «Sacra Némesis. Nuevas historias de nacionalistas vascos». ABC 16 Mayo 2001


Letanías de la tierra muerta

Llegará un día en que la raza humana
Se habrá secado como planta vana,

Y el viejo sol en el espacio sea
Carbón inútil de apagada tea.

Llegará un día en que el enfriado mundo
Será un silencio lúgubre y profundo:

Una gran sombra rodeará la esfera
Donde no volverá la primavera;

La tierra muerta, como un ojo ciego,
Seguirá andando siempre sin sosiego,

Pero en la sombra, a tientas, solitaria,
Sin un canto, ni un ¡ay!, ni una plegaria.

Sola, con sus criaturas preferidas
En el seno cansadas y dormidas.

(Madre que marcha aún con el veneno
de los hijos ya muertos en el seno.)

Ni una ciudad de pie... Ruinas y escombros
Soportará sobre los muertos hombros.

Desde allí arriba, negra la montaña
La mirará con expresión huraña.

Acaso el mar no será más que un duro
Bloque de hielo, como todo oscuro.

Y así, angustiado en su dureza, a solas
Soñará con sus buques y sus olas,

Y pasará los años en acecho
De un solo barco que le surque el pecho.

Y allá, donde la tierra se le aduna,
Ensoñará la playa con la luna,

Y ya nada tendrá más que el deseo,
Pues la luna será otro mausoleo.

En vano querrá el bloque mover bocas
Para tragar los hombres, y las rocas

Oír sobre ellas el horrendo grito
Del náufrago clamando al infinito:

Ya nada quedará; de polo a polo
Lo habrá barrido todo un viento solo:

Voluptuosas moradas de latinos
Y míseros refugios de beduinos;

Oscuras cuevas de los esquimales
Y finas y lujosas catedrales;

Y negros, y amarillos y cobrizos,
Y blancos y malayos y mestizos

Se mirarán entonces bajo tierra
Pidiéndose perdón por tanta guerra.

De las manos tomados, la redonda
Tierra, circundarán en una ronda.

Y gemirán en coro de lamentos:
¡Oh cuántos vanos, torpes sufrimientos!

-La tierra era un jardín lleno de rosas
Y lleno de ciudades primorosas;

-Se recostaban sobre ríos unas,
Otras sobre los bosques y lagunas.

-Entre ellas se tendían finos rieles,
Que eran a modo de esperanzas fieles,

-Y florecía el campo, y todo era
Risueño y fresco como una pradera;

-Y en vez de comprender, puñal en mano
Estábamos, hermano contra hermano;

-Calumniábanse entre ellas las mujeres
Y poblaban el mundo mercaderes;

-Íbamos todos contra el que era bueno
A cargarlo de lodo y de veneno...

-Y ahora, blancos huesos, la redonda
Tierra rodeamos en hermana ronda.

-Y de la humana, nuestra llamarada,
¡Sobre la tierra en pie no queda nada!

Alfonsina Storni*, Languidez (1920), «Letanías de la tierra muerta»


* Alfonsina y el mar

-I-
Por la blanda arena que lame el mar
Su pequeña huella no vuelve más
Un sendero solo de pena y silencio llegó
Hasta el agua profunda
Un sendero solo de penas mudas llegó
Hasta la espuma
Sabe dios que angustia te acompañó
Que dolores viejos calló tu voz
Para recordarte arrullada en el canto
De las caracolas marinas
La canción que canta en el fondo oscuro de mar
La caracola

-Estribillo-
Te vas Alfonsina con tu soledad
Que poemas nuevos fuiste a buscar
Una voz antigua de viento y de sal
Te requiebra el alma y la está llevando
Y te vas hacia allá como en sueños
Dormida Alfonsina vestida de mar.

-II-
Cinco sirenitas te llevarán
Por caminos de algas y de coral
Y fosforescentes caballos marinos harán
Una ronda a tu lado
Y los habitantes del agua van a jugar
Pronto a tu lado
Bájame la lámpara un poco más
Déjame que duerma nodriza en paz
Y si llama él no le digas que estoy
Di que Alfonsina no vuelve
Y si llama él no le digas nunca que estoy
Di que me he ido

Al estribillo

Félix Luna y Ariel Ramírez

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n.º

título

medidas

técnica

año

72

Lasesarre 60x150cm temple y acrílico sobre lienzo 2002

71

Eso no se hace 100x100cm acrílico sobre lienzo 2002

70

Esto no es un museo 140x140cm temple y acrílico sobre lienzo 2002

69

Sapientia melior auro 97x130cm acrílico y collage sobre lienzo 2002

68

El primer lingote Bessemer 140x140cm temple y acrílico sobre lienzo 2002

67

La dársena de Portu 140x60cm acrílico y collage sobre lienzo 2002

66

Contrastes 140x160cm acrílico y collage sobre lienzo 2002

65

Plaza del Desierto 81x100cm acrílico y collage sobre lienzo 2002

64

Calle Ibarra 100x65cm acrílico sobre lienzo 2002

63

El hilo se rompió 65x100cm temple, óleo y collage sobre lienzo 2002

62

Minas 73x60cm pigmentos y collage sobre lienzo 2002

61

Vigueta 60x73 pigmentos y collage sobre lienzo 2002

60

Los txikiteros 4 60x92cm óleo y collage sobre lienzo 2002

59

Los txikiteros 3 60x92cm óleo y collage sobre lienzo 2002

58

Los txikiteros 2 89x116cm óleo y collage sobre lienzo 2002

57

Los txikiteros 1 73x92cm óleo y collage sobre lienzo 2002
56

El chicharrillo

120x120cm

temple óleo y collage sobre lienzo

2002

55

Puente colgante

146x114cm

técnica mixta sobre lienzo

2001

54

Con humos lll

140x60cm

técnica mixta sobre lienzo

2001

53

Con humos ll

140x60cm

técnica mixta sobre lienzo

2001

52

Con humos l

140x60cm

técnica mixta sobre lienzo

2001

51

Recuerdo de nacimiento

120x120cm

técnica mixta sobre lienzo

2001

50

La fuente de Landaburu

97x130cm

técnica mixta sobre lienzo

2001

49

Calma tensa

97X130cm

pigmentos sobre lienzo

2001

48

Pendiente de un hilo

60x73cm

pigmentos sobre lienzo

2001

47

El héroe

114x146cm

óleo sobre lienzo

2001

46

La señora de Córdoba

130x97cm

óleo sobre lienzo

2001

45

Desraíces

89x116cm

temple y óleo sobre lienzo

2001

44

Miserere

97x130cm

óleo sobre lienzo

2001

43

Retrato de Suzanne

73x60cm

óleo sobre lienzo

2001

42

El río del devenir

160x50cm

temple y acrílico sobre lienzo

2001

41

El gran escenario de las estrellas

110x160cm

óleo sobre arpillera

2001

40

Vivir a tiempo

81x54cm

temple y acrílico sobre cartón

2001

39

Anunciador del rayo

81x54cm

temple y acrílico sobre cartón

2000

38

Homenaje a Zaratustra

162x114cm

temple y acrílico sobre cartón

2000

37

Cuerda sobre el abismo

53x75cm

temple y acrílico sobre cartón

2000

36

El día después

81x54cm

temple y óleo sobre lienzo

2000

35

Beso de Judas

100x124cm

temple sobre lienzo

2000

34

Casualmente

90x50cm

acrílico sobre contrachapado

2000

33

Nada que perder

97x130cm

óleo sobre lienzo

2000

32

Vientos de cambio

50x160cm

acrílico sobre lienzo

2000

31

El regreso de los dioses 98x125cm pigmentos y acrílico sobre arpillera 2000

30

Hombre rata

100x81cm

acrílico sobre lienzo

2000

29

Avanza mundo

90x100cm

temple y acrílico sobre contrachapado

2000

28

Desconfianza

110x140cm

acrílico sobre lienzo

2000

27

Virus

52x74cm

acrílico sobre cartón

2000

26

Abismo II

71x94cm

acrílico y óleo sobre cartón

2000

25

Abismo I

98x125cm

acrílico y óleo sobre lienzo

2000

24

La luna

30x36cm

óleo sobre tablex

2000

23

Camino a ninguna parte

55x71cm

óleo sobre cartón

2000

22

Mujer embarazada

160x50cm

óleo sobre lienzo

2000

21

Araña II

100x100cm

óleo sobre lienzo

1999

20

Araña I

100x100cm

óleo sobre lienzo

1999

19

Autorretratouno

61x50cm

óleo sobre lienzo

1999

18

Divina misericordia

130x97cm

óleo sobre lienzo

1999

17

Espíritu decadente

96x127cm

acrílico sobre papel

1999

16

Lo que los hombres quisieron y no hicieron

130x97cm

óleo sobre lienzo

1999

15

Hominem

80x100cm

óleo sobre lienzo

1999

14

Fracturas innombrables

97x130cm

óleo sobre lienzo

1999

13

Humanitatem

65x54cm

óleo sobre lienzo

1999

12

Homenaje a mi madre

92x73cm

óleo sobre lienzo

1999

11

Sueños inconfesables

65x81cm

óleo sobre lienzo

1999

10

La poda

100x81cm

óleo sobre lienzo

1999

9

El ojo

72x92cm

óleo sobre lienzo

1999

8

Bodyuno

65x81cm

óleo sobre lienzo

1998

7

Sonríe

92x73cm

óleo sobre lienzo

1998

6

Retrato a mi padre

61x50cm

óleo sobre lienzo

1998

5

El mardós

65x100cm

óleo sobre lienzo

1998

4

Amigas en chiringuito

60x73cm

óleo sobre lienzo

1998

3

Mascarados

55x46cm

óleo sobre cartón entelado

1997

2

La mascarauno

100x81cm

óleo sobre lienzo

1996

1

El maruno

65x81cm

óleo sobre lienzo

1996

Última actualización: domingo, 12 de enero de 2003


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Colaboración: José Manuel Boné
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